No basta con que nuestras pestañas se vean largas y abundantes o que nuestros labios se vean hidratados si las ojeras delatan las poco horas de sueño o lo agitado de nuestros días.
La corrección de ojeras es uno de los grandes mitos del maquillaje. Sin embargo es uno de los factores que hace que la piel se vea mucho más sana y luminosa.
Para comenzar lo primero que se debe hacer es neutralizar el tono oscuro de la ojera. Esto se logra aplicando un corrector del mismo tono de la piel solo en la zona en la que está la oscuridad.
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Luego, encima aplicamos un corrector uno o dos tonos más claros con pequeños toquecitos. Puedes ayudarte con el dedo anular pues es el que menos presión ejerce. Este corrector se aplica en la zona de la ojera y te recomendamos extenderte en forma de triangulo hacía los extremos para que la luz no quede solo en la ojera si no en todas tus mejillas, logrando así un maquillaje mucho más natural y una piel más perfecta.
Ojo con estos errores comunes:
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